miércoles, 10 de junio de 2015

TEXTO HUMORÍSTICO "La carta de la abuela"

Querido nieto: 
El otro día tuve una experiencia religiosa muy buena, que quería compartir contigo. Fui a la librería cristiana y allí encontré una calcomanía para el auto que decía "TOCA LA BOCINA SI AMAS A DIOS". Dado que había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el paragolpes de mi auto. 
Al salir manejando, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado, con muchos autos. La temperatura exterior era de 37 grados y era la hora de salida de las oficinas. Allí me quedé parada, porque la luz estaba roja, pensando en el Señor y como El es bueno. 
No me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas. 
La persona que estaba detrás de mí auto era sin duda muy religiosa,ya que tocaba la bocina sin parar y me gritaba: DALE, POR EL AMOR DE DIOS. Dirigidos por él, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. 
Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando solo el dedo medio de la mano. Le pregunté a otro de mis nietos, que estaba conmigo, que quería decir ese saludo. Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte. Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera. 
Mi nieto se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia religiosa que estaba viviendo. 
Dos hombres de un auto cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi auto, creo que para rezar conmigo o para preguntarme a que templo voy. Pero en ese momento fue que vi que la luz estaba verde. Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas y pasé la luz. 
Luego de cruzar, noté que el único auto que había podido pasar era el mío,ya que la luz volvió a ponerse en rojo, y me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido. Por lo tanto, paré el auto, me bajé, los saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fui. 
Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres. 
Besos. 
Tu abuela.

Humor gráfico



RECURSOS HUMORÍSTICOS

  1. La  ridiculización: la exageración desmedida de características físicas, de carácter, situaciones, vicios, costumbres, defectos, y bondades sociales.
  2. Lo inadecuado al contexto, lo incorrecto, lo que va contra el sentido común, lo fuera de lugar o tiempo.
  3. El  equívoco, situaciones confusas, desencuentros, desengaño.
  4. Lo absurdo, lo ilógico, lo que no parece tener ningún sentido o relación con nada conocido.
  5. Lo obvio, aquello que todos saben, lo que no hace falta decir y sólo se sugiere.
  6. El doble sentido o polisemia, la palabra o término con más de un significado según la situación.
  7. El juego de palabras, la rima.
  8. El juego con el sonido y la pronunciación de las palabras. Consiste en alterar el modo habitual de pronunciar una palabra o frase con sentido humorístico.
  9. La repetición, insistir con una frase palabra o situación, un gesto, una actitud o una acción natural y habitual de las personas se repite una y otra vez, llega un momento en que pierde su humanidad y se vuelve mecánica, se automatiza.
  10. Lo  sorpresivo, lo inesperado, lo impensado, lo que descoloca al otro.
  11. La ironía: es una figura retórica que supone siempre una inversión del significado. Es una oposición entre el sentido literal y el derivado. Por ejemplo cuando exclamamos “¡Qué hermoso te quedó el pelo!”, simulando que nos gusta el rarísimo corte que se hizo un amigo, dando a entender lo contrario, por el tono de voz, la mirada, los gestos o cualquier otra señal. Que una frase se interprete de manera irónica depende de la situación y de los participantes.
  12. La metáfora con sentido humorístico
  13. La paradoja: situación en la que sucede todo lo contrario de lo que “debería suceder”.
  14. El extrañamiento: el ver las cosas, las costumbres, las personas siempre de la misma manera hace que nuestra percepción se automatice. Para evitar esta automatización, para provocar una percepción nueva se utiliza la mirada del extrañamiento, es decir, ver las cosas como si fuera por primera vez,  es una percepción renovada.
  15. La complicidad con el lector o espectador.
  16. El empleo de personajes estereotipados, que son un patrón o modelo de cualidades o de conducta que lo hacen cómico. Son producto de ideas, prejuicios, actitudes, creencias y opiniones preconcebidas, impuestas por el medio social y cultural, y que se aplican de forma general a todas las personas pertenecientes a una categoría, nacionalidad, etnia, edad, sexo, orientación sexual, procedencia geográfica, entre otros. Hay estereotipos de género (hombre-mujer), étareos (niños, adolescentes, adultos, mayores, etc.), étnicos, nacionales, etc.

EL HUMOR COMO UN MODO DE VIDA: UNA FORMA DE HACER LITERATURA, UNA FORMA DE EXPRESIÓN, UNA MANERA DE CREAR LAZOS...

El humor forma parte de la actividad esencial y exclusiva del ser humano, al igual que el pensamiento. No hay humor si no hay pensamiento. Sin embargo, encerrarlo en una definición resulta prácticamente imposible, no sólo en su concepto, sino en sus variedades. Es compatible con gran variedad de argumentos y de actitudes. Depende de las culturas, de los momentos históricos, del nivel social, cultural y económico de cada persona.
El humor, en su sentido más amplio y vulgarmente admitido, se refiere a todo aquello que hace reír. Es decir, con la palabra «humor» no sólo se alude a la «tendencia o disposición del ánimo o del sentimiento a lo risible o jocoso» que «se presenta como opuesta a la tendencia seria o trágica», sino que por extensión, se aplica a todas las formas de lo risible, desde lo cómico propiamente a lo humorístico, e incluso se identifica con la risa misma.

jueves, 28 de mayo de 2015

Un creyente - George Loring Frost

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo: 
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?
-Yo sí -dijo el primero-, y desapareció.

miércoles, 27 de mayo de 2015

¿Qué son los cuentos de terror? ¿Qué particularidades presentan?

Un cuento de terror es un relato literario que intenta generar sentimientos de miedo en el lector. Para esto presenta historias vinculadas a las temáticas más atemorizantes para los seres humanos, como la muerte, las enfermedades, los crímenes, las catástrofes naturales, los espíritus y las bestias sobrenaturales.
Además puede tener un fin moralizante, es decir, asustar al lector para que éste evite ciertas conductas o actos. En otros casos, el cuento de terror no es más que un ejercicio estético que busca, como cualquier obra literaria, un efecto en quien lo lee.
Entre los máximos exponentes del cuento de terror, aparecen los estadounidenses Edgar Allan Poe (1809-1849), H.P. Lovecraft (1890-1937) y Stephen King (1947), y el francés Guy de Maupassant (1850-1893).


A la hora de escribir una historia de terror es importante tener en cuenta que hay cuatro elementos básicos para conseguir causar temor en el lector, los mismos son:

  1. Transgredir lo cotidiano: es necesario que en el relato tenga lugar un evento determinado que rompa con la armonía cotidiana de el o los protagonistas, modificando violentamente su existencia;
  2. Acercarse a lo desconocido: ese evento debe estar relacionado con algo que cause una cierta incertidumbre, una sorpresa que no sea agradable y, sobre todo, que no puede ser explicado mediante la razón;
  3. Utilizar elementos sobrenaturales: ese hecho, inexplicable a través de la razón, debe contar con características sobrenaturales. No necesariamente se tratará de un fantasma puede estar relacionado incluso con actitudes humanas difíciles de comprender por una mente normal: homicidios, actos deleznables, etc. El relato debe motivar al lector a deshumanizar al individuo, porque a través de su forma de comprender el mundo nunca conseguirá discernir su esencia;
  4. Poner en evidencia la condición de mortales: éste es uno de los elementos que mejor funciona en los textos; llevar al límite último a los protagonistas para que sean conscientes de su mortalidad, de su incapacidad de sobrevivir a todo, poniendo en duda su supervivencia ante el horror que deben enfrentar. No se trata que necesariamente ese ente quiera matar al protagonista, sino que quizás se acerca a él para avisarle que va a morir o para asesinar a alguno de sus seres queridos o incluso a toda la humanidad.